VOLUMEN 1
Soy la flamante (?) asistente de gerencia de
una empresa.
Es decir, soy toda una office lady; me levanto tempranito, me baño, me pongo guapota y me
voy al trabajo. Estar en una oficina es una cosa muy extraña, y te topas con gente
aun más rara. De hecho si me preguntaran –y aunque no lo hagan igual les voy a
decir porque es mi blog y si quiero
escribo hasta una reseña de los diferentes tipos de arroz- el trabajo de
oficina es tan extraño y difícil de explicar cómo eso rituales africanos que
pasan en Discovery.
Todo inicia desde que pones un pie fuera de la
cama: en mi caso es levantarme y ponerle el snooze
al despertador cinco minutos más…y obviamente quedarme pensando en cosas místicas
y fantásticas que probablemente resolverían crisis mundiales; pero que dado mi
grado de sueño para antes de las siete y media de la mañana lo habré olvidado.
En fin es baño-desayuno-mil horas eligiendo ropa bonita-maquillarse-prepararse
un café-…
Sales de casa y te enfrentas al tráfico mañanero:
madres neuróticas, niños enfadosos, camioneros malhumorados, vendedores de
periódico que se sienten de hule, entre
otras personas lindas de la sociedad madrugadora. En esta última categoría se
incluyen los oficinistas sobre expuestos a altas dosis de cafeína.
Luego llegas a tu sacrosanto lugar de trabajo,
tu segundo hogar, tu cárcel de 2x2, entre otros adjetivos deliciosos que hay
para tu espacio compuesto (esto puede variar dependiendo el edificio, empresa,
o políticas) generalmente por cubículos individuales separados
por paneles de madera; entras con tu vaso de café en la mano y saludas a tu
somnoliento vecino y prendes tu adorada e indispensable pc.
Y es aquí donde aparece otro ritual ancestral:
cada individuo intenta personalizar su espacio para no sentirse un engrane más
de la infernal (¿) maquina del proletariado. Me refiero a la personalidad que tratan –sin éxito en la
mayoría de los casos- de imprimir en su espacio personal. Globitos, fotos de
los hijos-hermanos-padres entre otras cosas, como el fondo de pantalla, algún
porta lápices bonito, etc… Yo me considero de la sub-especie de los aburridos y
convencionales: prefiero mi escritorio con hojas membretadas, mis mil y un post
it de colores, mis lápices y plumas; creo que lo único que tengo fuera de lugar
es mi cajita de colores y eso porque tiene un conejito en la tapa, I mean: soy
aburridita como office lady, es mas mi desktop es el logo de la empresa (aunque
si por mi fuera tendría cosas chessys y flurrys y todas kiut u.u) pero siento
que no está bien, mostrar gustos taaaaaaan raros (?) Me imagino a alguien encendiendo mi pc en mi ausencia y ¡No! ¡El
horror! El fondo rosita con cupcakes y gomitas o con ponys o… ¿si me explico? No
me da pena quien soy, pero tampoco me dan ganas que digan “Uhg esa es fulanita y es bien ñoña, le gustan los
monos japoneses, etc.”
Y bueno aunque mi
lugar de trabajo es el clásico cliché de oficina, no se me antoja ser la niña
nueva boba.
No señor, mejor como decía
mi abue, calladita, siempre más Bonita ;u;
XOXO nellu
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